Con profunda emoción, la comunidad de Cajicá se reunió para presenciar un acto cargado de simbolismo: la develación del monumento “Metamorfosis”, una obra que nace del acero de armas blancas incautadas, antes instrumentos de violencia, ahora convertidas en un poderoso mensaje de paz y reconciliación. Este evento no solo celebró el arte como vehículo de transformación social, sino que honró la resiliencia de quienes han vivido el conflicto, reafirmando que es posible construir un futuro desde la memoria y la dignidad.
El acto tuvo la presentación de un video en el cual se mostró el recorrido de estas armas, desde su incautación hasta su transformación en arte bajo las manos del reconocido escultor Julio Cortés, un maestro con más de 40 años de trayectoria cuyo trabajo ha dejado huella en monumentos públicos en todo el país. Cortés, recibió un cálido homenaje por su capacidad de plasmar en materiales como el acero y el bronce historias profundas de la nación, incluyendo tributos a víctimas del conflicto y héroes de la Patria. Su obra en Cajicá, explicó, no es solo una escultura, sino un testimonio de cómo el dolor puede fundirse en esperanza.
Además del artista, se reconoció el trabajo de Ortiz y Carrillo Ingeniería, empresa encargada de construir la base del monumento, asegurando que esta pieza simbólica se convierta en un legado perdurable para el espacio público.
Su labor técnica y comprometida fue clave para que “Metamorfosis” no fuera solo un concepto, sino una realidad tangible.
El momento más emotivo llegó con la develación oficial, liderada por la alcaldesa Fabiola Jácome Rincón y el Coronel Wilson Halaby, Secretario de Seguridad y Convivencia. Juntos, descubrieron la obra ante los asistentes, destacando su nombre como un reflejo de lo que representa: el renacer de lo que alguna vez fue violencia en un símbolo de unidad.
Este monumento, más allá de su valor artístico, se erige como un llamado a la acción. Cajicá demuestra que la verdadera metamorfosis comienza cuando una comunidad decide mirar su pasado con valentía y trabajar unida por un mañana en paz.
La invitación queda abierta: a contemplar esta obra, a reflexionar sobre su mensaje y, sobre todo, a ser parte activa de esta transformación. Porque el arte, cuando nace de las heridas, no sólo sana, sino que inspira a creer en un país donde la reconciliación es posible.