Si se trata de respirar aire puro, caminar entre montañas y reconectarse con lo esencial, Anolaima aparece como uno de los destinos más atractivos de Cundinamarca para visitar. Ubicado a solo 1 hora y 30 minutos de Bogotá, este municipio de la provincia del Tequendama ofrece un plan completo que combina ecoturismo, tradición agrícola y paisajes rurales.
Uno de sus mayores atractivos es el Camino Real que conecta Zipacón con Anolaima, un sendero ancestral de entre 7 y 9 kilómetros, rodeado de árboles nativos, muros de piedra, cultivos y fincas campesinas. Utilizado originalmente por comunidades indígenas y más tarde por arrieros en época colonial, hoy es una ruta ideal para caminatas tranquilas, fotografía de paisaje y contacto directo con la historia viva del territorio.
La travesía puede realizarse de forma libre o acompañada por guías locales. Quienes quieran coordinar un recorrido por esta joya escondida del senderismo, pueden contactar a la oficina de turismo del municipio o consultar portales como www.viajaporcundinamarca.com y www.cundinamarcaturistica.com.
La experiencia en Anolaima se puede complementar con visitas a fincas agroturísticas, donde los turistas pueden cosechar guayaba, níspero, mango o mandarina, conocer procesos artesanales de transformación y degustar productos frescos elaborados por manos campesinas. Todo esto en medio de un entorno amable, silencioso y perfecto para desconectarse del ruido citadino.
Anolaima cuenta con una variada oferta que incluye posadas rurales o tipo glamping ecológico y zonas de camping. Varios hospedajes ofrecen paquetes que incluyen alimentos típicos, caminatas guiadas, fogatas y actividades de bienestar en espacios diseñados para el descanso consciente.
El clima templado, con una temperatura promedio de 20 °C, hace que el municipio sea ideal para actividades al aire libre durante todo el día. Además, las vías de acceso están en buen estado, lo que permite planear una escapada sin complicaciones y regresar el mismo día o quedarse a disfrutar el fin de semana completo.
Anolaima es naturaleza sin prisa, caminos con historia y sabor campesino a solo 90 minutos de la capital. Un destino para descubrir, caminar y saborear.